“Colombia
es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria,
descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática,
participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el
trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia
del interés general”. Así comienza nuestra carta constitucional, de la cual, va
quedando bien poco. Revisemos someramente algunos de los enunciados de este
primer artículo:
ESTADO SOCIAL DE
DERECHO
El
Derecho social se ha visto no solo atenuado, sino claramente vulnerado por la
inoperancia de los jueces, la escalada de impunidad que alcanza limites
escandalosos, por la politización del tercer poder, y la corrupción de las
altas cortes que se convirtieron en sirvientes del mejor postor financiero.
La
sola amenaza de prender el “ventilador” que hizo hace un par de días, el
cuestionado presidente de la Corte Constitucional, nos entrega un mensaje de
desvergüenza, complicidad, asociación para delinquir, y burla social a un nivel
jamás visto en el país.
Los
bandidos entran y salen de las cárceles, como pedro por su casa, y se impone la
peligrosísima moda, de relevar la libertad
y el orden, por penas alternativas, blandas, inocuas, que no generan reflexión
y menos arrepentimiento en los victimarios, y que lo único que han logrado, es
multiplicar la irracionalidad del crimen y la vulneración de los derechos; La
autoridad está amedrentada por los malos; El esfuerzo es claramente insuficiente.
La sociedad toda, está en peligro.
REPUBLICA UNITARIA
Y
recogemos la propuesta por demás audaz, de la Senadora Paloma Valencia, de
dividir el departamento del Cauca en dos, un pedazo para los Indígenas y la
otra parte para los Mestizos… haciendo foco en el olvido ancestral en el que se
ha sumido al departamento del Cauca, en el desgobierno territorial y en la
falta de autoridad nacional.
Unitaria
cuando ya se habla de la región caribe, con fuerza individual y logros asombrosos.
Cuando
el gobierno ya lanzo el plan de salud para la “Colombia Dispersa”.
Cuando
ya perdimos parte del mar territorial junto a San Andrés?.
DESCENTRALIZADA CON
AUTONOMIA DE SUS ENTIDADES TERRITORIALES.
Claro
está, que los alcaldes y gobernadores tuvieron la autonomía para el manejo de
los recursos del aseguramiento del régimen subsidiado, y la administración del
Plan de Atención Básica, por varios quinquenios, que sirvieron para fomentar
actos permanentes y casi generalizados de corrupción, en forma de desviación de
recursos, contratación de servicios directamente con entidades creadas por
familiares y amigos para actuar como “aspiradoras económicas”, dejando tras de
sí, deudas impagables a las EPS, que se volvieron a su vez, cartera en las IPS
públicas y privadas, y abandonando las actividades de promoción y prevención,
que sin duda, condujeron al deterioro de los indicadores de salud y el
encarecimiento asistencial, que aún hoy intentamos paliar y superar.
Además,
todo el arsenal de vigilancia y control al interior del sector salud, del cual
fueron dotados los entes territoriales, nunca fue utilizado, permitiendo el
florecimiento de posiciones dominantes por parte de EPS e IPS, en detrimento de
los pacientes. El manejo financiero del sector salud que realizaron los entes
territoriales, en el entorno de la Ley 100, fue un verdadero caos, un robo a
manos llenas, que no terminamos de lamentar, y que no debe repetirse.
DEMOCRATICA,
PARTICIPATIVA Y PLURALISTA
Nada
más alejado de la realidad hoy en día, la democracia, que por definición es el
gobierno del pueblo, y en otras definiciones más asertivas invoca a “un sistema
político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir
y controlar a sus gobernantes”, no existe en Colombia.
Puede
causar hilaridad, pues, quienes sacan pecho, alardeando que tenemos una de las
democracias más antiguas del mundo, mienten descaradamente, pues hoy en
Colombia, la democracia ha sido reemplazada por el debate cerrado y pretensioso,
de un pequeño grupo de personas (jueces y/o congresistas principalmente), que
deciden en lugar del pueblo, en lugar del sentir y querer de las mayorías, y
toman decisiones, impulsados por un pensamiento ligero y excesivamente liberal,
pretendiendo (aparentemente), proteger a grupos minoritarios, pero en franco
desacato del pensamiento y deseo de las mayorías; basta revisar los casos más
recientes sobre adopción de niños y matrimonio de parejas del mismo sexo,
aborto, eutanasia, etc, temas todos, que tienen que ver con la esencia del
país, con su estructura ideológica, sus creencias, sus valores y la apuesta
generacional que hemos venido trabajando, y que merece un debate ampliado,
sustantivo, generoso, no excluyente, que permita reconfirmar acuerdos previos o
modificarlos, dentro de un esquema de país, que nos fortalezca en lugar de
dividirnos como hasta ahora viene sucediendo.
Estos
actos disfrazados de democracia, y adoptados por personas que lentamente
descubrimos, han vendido sus principios,
van minando los valores de la sociedad general, dando continuismo a una Colombia
que perdió la confianza en sus gobernantes y en su justicia, y que ahora
dolorosamente convive, comparte y hasta se lucra cómplice de los “torcidos” en
todas las áreas de la actividad económica y social, convencidos que “el dinero
fácil si paga”.
Y
que pasó con la participación y el pluralismo político, que fue cercenado por
los grandes partidos, cuyas reformas hacen prácticamente inviable la participación
de terceros, porque los umbrales forjaron una barrera casi impenetrable, que
fomenta el continuismo y la repartición de las cuotas de poder y de riqueza a
la que están acostumbrados.
RESPETO DE LA DIGNIDAD
HUMANA, TRABAJO Y SOLIDARIDAD
En
donde quedo la dignidad humana? En qué lugar del camino, de estos más de 50
años de matanzas y venganzas de esta patria boba, perdimos el norte y una vida
humana para un sicario llegó a costar miserables $500 mil pesos, que ya alcanzan
para asesinar con sevicia a los hijos niños y niñas de una humilde familia
campesina?
En
donde quedo la dignidad humana, cuando un borracho atropella y da muerte a
mujeres indefensas, y recibe penas irrisorias, por pertenecer a familias
prestantes de la sociedad?
En
donde quedo la dignidad humana, cuando el presidente de la Corte
Constitucional, es capaz de hacer negocios de grandes predios y adquirirlos a
sabiendas que sus dueños originales, que esos campesinos sencillos, que esos
trabajadores de la tierra, fueron objeto de despojo, violaciones, muerte y
dolor inconfesables?
En
donde quedó la dignidad humana cuando hace más de cuatro años, se destapó la
corrupción en Saludcoop, y se documentó frente al país, los desvíos de
multimillonarios recursos, en detrimento de la salud y quizás de la vida de
colombianos inermes frente al sistema, y aun hoy, no hay sanciones individuales
contundentes que establezcan precedentes, que eviten que este derrotero,
transitado por otras EPS y claro también IPS, siga siendo transitado?
En
donde quedó la dignidad humana, cuando vemos saquear las arcas públicas de
Bogotá, y los ladrones aspiran a penas, que dan ganas de llorar, sin estar
obligados a devolver los recursos que nos robaron a todos?
En
donde quedó la dignidad humana y la confianza en las autoridades, que ahora se
encuentran maniatadas para reaccionar y actuar conforme a la ley, cuando por
ejemplo, un grupo de indígenas evitan la captura de un peligroso delincuente, o
cuando la comunidad agrede a la policía en defensa de un atracador, que luego
puede ser su futuro verdugo?; cuando se invirtieron los valores?, cuando
dejamos de enseñar ética y modales?, cuando se perdió el respeto?, que pasa con
la educación y con la cultura?; ya incluso cedimos (sin dar la pelea), la
enseñanza escolar de una sana vida espiritual y sus virtudes, en pro de una
sociedad laica que confunde libertades con libertinaje. Que está pasando? Cuando
lo malo se volvió bueno, y lo bueno se convirtió en malo? En qué momento dejamos
que los incultos, los violentos, los malos, los incompetentes, los abusadores, los
vulgares, los estafadores, los facilistas, los antisociales, los corruptos,
llegarán tan lejos?
NO APRENDEMOS
Estamos
a pocos meses (afortunadamente) elegir, de manera libre y espontanea, a miles
de alcaldes y gobernadores, y cuando revisamos las listas, vemos con asombro,
como la mayoría de los postulados son simples herederos de turno de grandes
caciques políticos, inhibidos de iniciativas propias, y encadenados a
compromisos electorales que los hacen impropios, inmerecedores de su
aspiración; lo peor no es su aspiración, es su inminente elección, que nos
condena a esta espiral de corrupción, que es el peor cáncer de nuestra
sociedad, y que hace metástasis diarias, contaminando sin miramientos, y
desmotivando a la generación de relevo,
que se prepara con esfuerzo en las aulas, y que verá pronto, como su calidad,
su capacidad productiva, su innovación, sus talentos, son tenidos a menos, no
son valorados, y en cambio, ocupan los cargos capaces de impulsar los cambios,
las grandes transformación que tanto necesitamos, delfines, hijos, nietos,
socios de los actuales corruptos, y todo tipo de lagartos dispuestos a
perpetuar el estado de cosas inconstitucional en el que nos encontramos.
Está
claro, que no es una columna que me hubiera gustado escribir, no pertenece a mi
línea editorial ni a mi comportamiento proactivo y positivo, pero resulta
imposible guardar silencio, mientras el país se hunde por el peso de la maldad,
mientras nuestra fabulosa Colombia, llena de hombres y mujeres de bien, nos mantenemos
al margen, cómplices amedrentados de esta hecatombe, de la que podemos comenzar
a salir en siete (7) meses, cuando en las urnas sentenciemos el futuro,
eligiendo a las mejores y a los mejores, lejos de los trapos de colores y las
componendas, que convirtieron a nuestra constitución nacional, en un
instrumento dócil y servil, que los mantiene incluso protegidos frente a sus innumerables
canalladas.
Este
es un llamado a la acción, este un llamado general para el cambio, para
rescatar el país de los políticos ingobernables e intocables, de los jueces
vendidos, de los funcionarios públicos que parasitan improductivos, y pasar la
posta, a la nueva generación.
La
revolución de las ideas convertidas en sentimientos, propósitos y finalmente
hechos, hechos reales, hechos positivos, hechos democráticos, hechos para el
pueblo (y entiéndase pueblo a pobres, ricos, negros, indios, mestizos, paisas,
pastusos, bogotanos, llaneros, costeños, hombres y mujeres…todos).
Abandonar
el derecho al voto, es condenar la nación.
Abandonar
el derecho al voto, creyendo que todos los políticos son iguales, es entregarle
el gobierno a los mismos que han fallado.
Abandonar
el derecho al voto por desidia o desinformación, es antipatriótico.
Declinar
ir a las urnas, es darnos por vencidos antes de haber entrada en la batalla.
Que
se postulen los mejores hombres y las mejores mujeres, los más aptos, los más
capacitados, los que tengan en su pecho el gozo de servir, los que quieran
construir un mejor país.
El
resto de colombianos preparémonos para apoyarlos, para elegirlos, y para
acompañarlos cuando se conviertan en los nuevos líderes que nuestro país está
reclamando.
Es
una buena forma de volver a empezar, y sembrar la esperanza de un magnifico país
para nuestros hijos.
CARLOS FELIPE MUÑOZ
PAREDES
CEO
& Fundador
CONSULTORSALUD